martes, 30 de junio de 2009

En la cabeza del Diego

A Maradona se le ama o se le odia. No pasa desapercibido en la expresión de afectos o críticas. El mundo le impuso esas reglas a su vida singular y hasta ahora nadie sabe si las aceptó o no, pero si está claro que él vive de esa manera. Sus amigos son los mejores del mundo en sus profesiones u oficios. Sus enemigos no existen. Esa es la definición que Diego utiliza cuando debe hablar de ellos.
En el amor, también transita por los mismo caminos. La madre de sus hijas está por encima de todo. La 'Bruja' como la llama, es lo mejor que le pasó en la vida, aparte de sus hijas. Claudia, la ex esposa, tiene todo lo que quiera y anhele. Él se lo dará siempre.
¿Y si se enamora de otro?. Seguro el 'Pelusa' se alejará de ella, no comentará más sobre la mujer que le 'regaló' dos hijas y llorará solo en su departamento.
Ante esa situación, su 'zurda increíble' no tendrá una solución a tremendo drama. Se sentirá destruído, arruinado y soltará lágrimas.
Jamás la odiará aunque lo desee, tampoco la llamará a insultarla, así sienta la tentación de marcar su celular.
Optará por refugiarse en lo suyo, tratando de hacer lo mejor de lo que mejor hace. Sabrá que si triunfa, ella volteará a mirarlo, aunque eso no le asegure nada. Pero será su mejor paliativo para escapar de su frustración.
¿Cuántos somos parecidos o diferentes a Diego?
Los que no tengan problemas en aceptarlos, serán declarados Maradonianos, aquellos que no lo hagan, serán anti - Diego, porque siempre se odia al 'fantasma' que desnuda nuestras debilidades.
A los primeros le advierto que hay riesgo de ser llamados machistas cavernarios y celosos obsesivos.
No importa, total, hasta ahora solo hablamos de defectos, pero en esta dimensión también hay virtudes tan maravillosas y parecidas como el gol del '10' a los ingleses. De esas también vamos a escribir.